Aun cuando parece un tramo largo cuando somos niños, la vida es muy corta, transcurre velozmente y algunas veces sin darnos cuenta se ha ido gran parte del tiempo que nos tocaba vivir, si pudieras aprovechar el tiempo que resta, es seguro que buscarías aprovecharlo lo más que pudieras.
Posiblemente no dirías todo lo que piensas, pero en definitiva pensarías todo lo que dices.
Darías valor a las cosas, no por lo que valen, sino por lo que significan.
Dormirías poco, soñarías más, es entendible que por cada minuto que cerramos los ojos, perdemos sesenta segundos de luz.
Andarías sin importar si los demás se detienen y aprovecharías mejor el día despertándote mas temprano.
Ese tiempo que aún queda en tu vida, viste sencillo, descansa libre bajo el sol, buscando que ilumine, no solamente mi cuerpo, sino mi alma.
Deberías descubrir cuán equivocados están las personas al pensar que dejan de enamorarse cuando envejecen, sin saber que envejecen cuando dejan de enamorarse!
Conocedor de la vida, a los niños buscarías darles alas, pero deberás dejarle que él solo aprendiese a volar.
Los viejos debemos aprender que la muerte no llega con la vejez, sino con el olvido.
En la vida todos quieren vivir en la cima de la montaña, sin saber que la verdadera felicidad está en la forma de subir la escarpada.
Cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño, por primera vez, el dedo de su padre, lo tiene atrapado por siempre.
Con humildad una persona sólo tiene derecho a mirar a otra hacia abajo… cuando ha de ayudarle a levantarse. Siempre di lo que sientes y haz lo que piensas.
Si supieras que hoy fuera la última vez que veras a un ser querido dormir, seguro le abrazarías fuertemente y pedirías a Dios poder ser el guardián de su alma. Si supieras que estos son los últimos minutos que le vieras dirías “te quiero” y no asumiría, tontamente, que ya lo sabe.
Siempre hay un mañana y la vida nos da otra oportunidad para hacer las cosas bien, pero por si estamos equivocados y hoy es todo lo que nos queda, estarías gustoso de decirle a esa persona cuanto le quieres y que nunca le olvidarás.
El mañana no le está asegurado a nadie, joven o viejo. Hoy puede ser la última vez que veas a los que amas. Por eso no esperes más, hazlo hoy, ya que si el mañana nunca llega, seguramente lamentarás el día que no tomaste tiempo para una sonrisa, un abrazo, un beso y que estuviste muy ocupado para concederles un último deseo.
Mantén a los que amas cerca de ti, diles al oído lo mucho que los necesitas, quiérelos y trátalos bien, toma tiempo para decirles “lo siento”, “perdóname”, “por favor”, “gracias” y todas las palabras de amor que conoces.
Nadie te recordará por tus pensamientos secretos, mejor pide a la vida la fuerza y sabiduría para expresarlos. Demuestra a tus amigos y seres queridos cuanto te importan.