Nos cuesta mucho comprometernos. No porque no nos importe o porque no queramos, simplemente protegemos nuestro tiempo a solas como una fiera protege a su comida: ferozmente.
Si nos vamos a comprometer, tenemos que disfrutar el tiempo con esa persona, tanto como disfrutamos pasar tiempo a solas. La buena noticia es que si es que nos comprometemos, nos entregamos por completo. Estamos contigo porque elegimos estarlo, no porque no queramos estar solos.
A veces desaparecemos para despejar la cabeza, pensar o para existir solos de vez en cuando. No eres tú, somos nosotros. En serio.
Tomamos unas vacaciones a solas, porque viajar y explorar por nuestra cuenta es una experiencia totalmente distinta. Esto es esencial para nuestra persona, y es lo que necesitamos para volver a ser nosotros mismos.
También necesitamos tiempo a solas si viajamos juntos, Obviamente vamos a querer salir de vacaciones contigo, pero incluso en esa circunstancia vamos a necesitar algún rato para estar solos. Aunque sea fácil tomárselo como algo personal… no es para nada personal. Procesamos nuestra experiencia de distintas maneras cuando estamos contigo que cuando estamos solos. No es porque una sea mejor que la otra, pero queremos tener las dos.
Vamos a necesitar nuestra libertad y espacio como necesitamos respirar. Si eres el tipo de persona dependiente que necesita estar pegada a la cadera de su pareja, lo vas a pasar mal estando con nosotros. No queremos hacerte daño al pedirte nuestro espacio, pero es parte de nuestras prioridades en una relación.